“… después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido”

Hebreos 6.15

 

Ha pasado algo de tiempo desde que esperas la respuesta de Dios. En realidad, has pasado mucho tiempo en esa espera. En una era en la que todo es tan rápido, qué difícil es tener paciencia y esperar las respuestas de Dios. FE y PACIENCIA no son solo palabras, son armas poderosas para alcanzar las promesas de Dios (Hebreos 6.12). En los PROCESOS de respuesta de Dios, aprendemos, crecemos, maduramos, somos transformados y la Gloria de Dios finalmente brilla, pero esos procesos no siempre son bienvenidos.

En esa espera existen algunos peligros o trampas en las que podemos caer y sucumbir por la desesperación. Veamos tres de esas trampas:

 1.Desánimo. Has esperado los cambios en tu situación financiera, en el comportamiento de tu hijo, en la actitud de tu cónyuge, en la progresión de esa enfermedad. Ya luchaste bastante con esos gigantes, te sientes desgastado y cansado, estás listo para lanzarlo todo por la borda, estás desanimada, la espera se ha prolongado mucho, ya fueron demasiadas lágrimas y noches largas, tienes razón en estar desanimado. Tengo un mensaje de parte del Espíritu Santo para ti:

“… no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido”  Hebreos 10.35-36.

2. Acciones precipitadas.

“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios…” 1º. Samuel 13.13

El rey Saúl perdió la paciencia, estaba bajo una gran presión en la batalla contra los filisteos. Y en su impaciencia desobedeció la orden de Dios y actuó precipitadamente, el resultado fue, pérdida absoluta. En la desesperación se amplía el margen de acciones precipitadas erróneas. Firmaste el préstamo, vendiste o compraste, saliste del país, divorcio, comenzaste una relación tóxica, etc. Ten paciencia, no actúes precipitadamente, espera en el Señor, Él siempre llega a tiempo.

3. Complicaciones.

“Saray le dijo a Abraham: – El Señor me ha hecho estéril. Por lo tanto, ve y acuéstate con mi esclava Agar. Tal vez por medio de ella podré tener hijos. Abram aceptó la propuesta que le hizo Saray”. Génesis 16.2.

El plan A, el de Dios, era que Abraham y Sara tendrían su propio hijo, esa era la promesa. El plan B, el de Sara y Abraham, fue tener un hijo con Agar, esclava de Sara, nació Ismael. Resultado final de la operación: complicaciones. Una vez que nacido Ismael, Agar menospreció a Sara, y cuando finalmente, en el tiempo de Dios nació Isaac (Plan A), comenzaron los conflictos entre los hermanastros. Abraham echó a Agar con su hijo Ismael del campamento, y el conflicto entre los hermanastros aun sigue hasta el día de hoy: Ismael padre del pueblo Árabe, Isaac padre de los Israelitas. Cada vez que en la impaciencia actives el plan B habrán complicaciones.

Esperar no es fácil, paciencia no es lo que nos sobra, pero anímate, la victoria y las respuestas vendrán, ten paciencia, confía en el plan, espera en Dios y tendrás el galardón.

“Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas” Lucas 21.19